¿Cuál es el truco para que las patatas fritas queden crujientes?

Paso 1: Corta las patatas con un cuchillo especial. De este modo la superficie será más áspera, lo que favorece que las patatas queden crujientes al freírlas. En cuanto al tamaño, córtalas en bastones de 6 mm. Más gruesas serán menos crujientes y más delgadas quedarán resecas por dentro. Paso 2: Pon las patatas en agua mientras cortas para que no se ennegrezcan. Una vez hayas terminado de partir las patatas, ponlas en un colador y dales un enjuague con agua del grifo durante medio minuto. De este modo eliminarás el exceso de azúcar natural, que puede hacer que la patata no quede tan crujiente en la fritura. Paso 3: Cuece las patatas con vinagre y sal. Si quieres un extra de crujiente, cuece las patatas en agua con vinagre y sal durante 10 minutos. Ponlas a fuego alto para que rompan a hervir rápidamente y luego baja el fuego hasta que la superficie apenas burbujee. El agua activa el almidón de la patata, responsable de la textura crujiente en la fritura. El vinagre evita que se deshagan al cocer.

El truco para lograr que tus patatas fritas llega de parte del chef Estrella Michelín Pierre Marchesseau, quien ha explicado la que considera como la receta «definitiva» para hacer unas patatas fritas crujientes. Para lograrlo, este chef explica que antes de freír las patatas, debemos cocerlas en agua y luego a la hora de freírlas, hacerlo con el aceite hirviendo. Hacer esto permite que las patatas queden doradas y crujientes ya que al hervirlas previamente en agua, evitaremos que el aceite no pueda penetrar en las patatas. El truco para unas patatas fritas crujientes es el siguiente: pelar las patatas, lavarlas con agua corriente y cortarlas a tiras. Transfiere las patatas a un recipiente con agua fría y déjalas reposar en la nevera durante unos 20 minutos. Lleva el aceite de fritura a la temperatura adecuada (unos 170°C) y fríe las patatas cocidas en agua, cuidando de no amontonarlas y dándoles la vuelta con frecuencia. Cuando estén fritas, deben estar doradas y crujientes. Retíralas del aceite y colócalas sobre papel de cocina. Continúa friendo el resto de las patatas. Una vez estén hechas ya puedes servir las patatas sin olvidarte de echar antes un poco de sal para que sean más sabrosas y también, más crujientes.