Hay quien los hace con un alambre, hay quien los hace con parrillas, y hay quien los hace a la brasa.
Incluso se pueden hacer en el horno, una técnica que no es muy práctica para hacer una calçotada tradicional, pero que da unos resultados espectaculares.
La leña que idealmente deberíamos hacer servir es el sarmiento, aunque también salen muy buenos haciéndolos con otros tipos de leña.
Calçots a la parrilla es una técnica muy utilizada, quizás la que más, y para ello tenemos que proveernos de una o dos parrillas, y la suficiente leña de sarmiento para que queden bien quemados.
Empezamos colocando los calçots en la parrilla de manera que las raíces se toquen, y los más gordos en el centro, dado que, lo más lógico es que el fuego sea más intenso hacia la mitad de la parrilla,
Ahí los dejamos hasta que veamos que de dentro de los calçots sale un poco de agua, que querrá decir que ya están hechos por un lado.
Ahora toca darles la vuelta y estaremos atentos a cuando salga algo de agua de dentro para saber que ya están hechos por ambos lados.
Para calçots con alambre usaremos un alambre de unos 3 metros de largo, con un asa para sujetar.
En este caso la cocción dura menos de 5 minutos y tends que darles la vuelta con ayuda de otras personas.
Para calçots a la brasa, esparciremos brasas en la barbacoa y pondremos los calçots sobre la parrilla sin tocarlas y Євное tiempo, estaremos atentos a cuando empiecen a salir agua y los daremos la vuelta.
Para calçots al horno los precalentamos a 200 grados, durante 30 minutos, sin necesidad de darle la vuelta y con un poco de aceite de oliva.