Su historia se remonta a siglos atrás, cuando los pastores de La Mancha comenzaron a elaborar este queso a partir de la leche de oveja manchega.
Los primeros indicios de la producción de queso en La Mancha se remontan a más de 4.000 años, según restos arqueológicos encontrados en yacimientos prehistóricos.
Se cree que las primeras comunidades ganaderas ya aprovechaban la leche de oveja para hacer queso como método de conservación.
El queso manchego aparece mencionado en textos de la época romana.
Escritores como Plinio el Viejo (siglo I d.C.) destacaban la calidad de los quesos que se elaboraban en la Meseta Central de Hispania.
Se han encontrado restos de vasijas y moldes en yacimientos romanos en Castilla-La Mancha, lo que indica que ya se usaban técnicas de prensado para elaborar quesos curados.
Durante la Edad Media, la ganadería ovina se convirtió en una actividad fundamental en La Mancha.
La Mesta, una organización de ganaderos creada en el siglo XIII, regulaba la trashumancia y el comercio de productos derivados de la oveja, incluyendo la lana y el queso.
Era fácil de conservar y transportar.
Servía como alimento básico para pastores, campesinos y soldados.
Se usaba como moneda de cambio en algunos mercados.
Los caballeros de la Orden de Santiago, que protegían el territorio manchego, consumían queso curado como parte de su alimentación.
Con la llegada de la Edad Moderna, el queso manchego se convirtió en un producto muy apreciado dentro y fuera de España.
El queso manchego aparece en "Don Quijote de la Mancha" (1605), la obra maestra de Miguel de Cervantes.
En varias escenas, Sancho Panza menciona el queso como parte de su alimentación durante los viajes junto a Don Quijote.
Dieronle un zurrón con algo de comer y una bota con buen vino, y Sancho Panza lo completó con su queso manchego.
Esta referencia demuestra que el queso manchego ya era un alimento habitual en la dieta de los manchegos en el siglo XVII.
Durante este siglo, el queso manchego empezó a exportarse a otras regiones de España y América gracias a la mejora en las rutas comerciales.
Su larga vida útil lo hacía ideal para los largos viajes en barco.
Los exploradores españoles llevaron queso manchego en sus travesías a América, convirtiéndolo en un alimento popular en las colonias.
En 1984 se creó la Denominación de Origen Protegida (DOP).
Garantizar que el queso manchego solo se elabore con leche de oveja manchega.
Controlar su producción dentro de Castilla-La Mancha.
Evitar la comercialización de imitaciones.
El queso manchego ha recorrido un largo camino desde sus orígenes prehistóricos hasta convertirse en un icono de la gastronomía española.
Su historia está marcada por tradición, esfuerzo y excelencia, y su sabor sigue conquistando paladares en todo el mundo.