La vendimia es el momento de recogida de la uva para su posterior traslado a la bodega, donde se iniciará el proceso de transformación de la uva en vino.
El comienzo de la vendimia lo determina la maduración de la uva, que depende de diferentes factores, como la variedad o la climatología, y se suele realizar entre finales de agosto y finales de septiembre.
La llegada a la bodega debe realizarse en las mejores condiciones, para evitar que la uva comience a fermentar antes de tiempo, y una vez allí, la uva se recibe en unas tolvas, previo análisis de la misma para comprobar las condiciones higiénicas y de maduración.
De allí pasa a una despalilladora, donde se separan los granos de uva del raspón, y tras el despalillado, el proceso continúa con el estrujado de la uva.
El estrujado es el momento en que se rompen los granos para comenzar a extraer el mosto, es decir, el zumo de la uva.
En el caso de los vinos blancos, tras el extrujado se pasa al prensado, mientras que en el caso de los tintos, llega el momento de la maceración y el remontado.
Para la elaboración del vino tinto, el mosto se introduce en unos depósitos, junto a los hollejos, a temperatura controlada para que maceren y se produzca la fermentación alcohólica.
La fermentación alcohólica es el proceso en el que las levaduras transforman los azúcares de la uva en alcohol, y el gas carbónico producido durante este proceso empuja los hollejos hacia arriba.
Finalizada la fermentación alcohólica y el remontado, el proceso de elaboración del vino continúa con el descube, es decir, el trasiego del vino a otro depósito, separado de la parte sólida.
Allí se lleva a cabo la fermentación maloláctica, que permite reducir la acidez del vino, y con los hollejos se suele realizar un nuevo prensado para extraer el vino restante.
Una vez finalizadas las fermentaciones, el vino que se va a envejecer pasa a las barricas de madera, donde permanecerá un determinado tiempo, y durante ese periodo adquiere notas aromáticas y se produce una microoxigenación que permite la estabilización de algunos componentes.
Antes de su salida al mercado, es necesario someter los vinos a un proceso de estabilización para evitar que se produzcan precipitados, y el embotellado es la última fase del proceso de elaboración del vino.