El Queso Manchego se elabora con leche de oveja manchega y aprovecha los recursos forrajeros de la comarca natural de La Mancha.
La elaboración del Queso Manchego comienza con el ordeño y transporte de la leche, que debe refrigerarse a una temperatura máxima de 4ºC para evitar el desarrollo microbiano.
El ordeño de la oveja de raza manchega se realiza de forma manual o mecánica, y la leche se deposita en tanques de refrigeración.
La recogida y el transporte de la leche deben realizarse en buenas condiciones higiénicas dentro de cisternas isotérmicas, frigoríficas o cualquier otro sistema que garantice la calidad de la leche sin deteriorarla.
El Queso Manchego presenta siempre el aspecto externo reglamentario, con el dibujo tipo flor en las caras planas y el molde tipo Pleita en la cara lateral.
La maduración del Queso Manchego es fundamental para conseguir elaborar el auténtico Manchego, y los locales o cámaras de maduración deben disponer de sistemas que garanticen la identificación y separación clara de quesos susceptibles de ser amparados por la Denominación de Origen Protegida Queso Manchego.
La temperatura en los locales o cámaras de maduración se mantiene entre 3 ºC y 16 ºC y una humedad relativa comprendida entre el 75% y el 90%.
El Queso Manchego se caracteriza por ser único y por tener una elaboración tradicional adaptada a los tiempos.
La historia del Queso Manchego se remonta a la zona de La Mancha, donde los habitantes se dedicaban al pastoreo y a la elaboración del queso.
El Queso Manchego ha dado lugar a un tipo de queso reconocido en todo el mundo y por los propios consumidores.