Entre los productos más ligados a la tierra y a las tradiciones de Navarra se encuentra el pacharán, una bebida digestiva que en la Edad Media era tónico medicinal y que se popularizó en el siglo XX hasta convertirse en un licor internacional. Octubre es uno de los meses más adecuados para su recolección. En muchos hogares se conserva la tradición de elaborarlo de manera casera pero, si quiere disfrutar de un buen licor, la mejor opción se encuentra en las marcas acogidas a la D.O. Pacharán Navarro. El pacharán navarro con denominación de origen se elabora con endrinas navarras y no emplea aditivos, aromatizantes ni colorantes. Las endrinas o arañones se recogen del arbusto Prunus Spinosa, muy habitual en la mayor parte de la geografía navarra. Desde hace dos décadas, Navarra se ha convertido en la única zona de Europa donde, además de encontrar endrinas silvestres, también se cultivan, lo que la convierte en la mayor productora de pacharán a nivel nacional. El pacharán está muy ligado a las tradiciones navarras, dado que se tomaba como tónico medicinal, a pequeñas cucharadas. Con la denominación “pacharán” hay testimonios en el siglo XVIII, nombre que viene del euskera, a partir de la unión de las palabras “pattar” (aguardiente) y “aran” (endrino). Si queremos obtener un buen pacharán, hay que esperar a que la maduración de las endrinas sea la correcta. Los arañones deben introducirse en una botella de anís de entre 25 y 30 grados, en una proporción de uno a cinco, unos 200 gramos de arañones por litro de anís. El Consejo Regulador del Pacharán Navarro está formado por empresas con una larga tradición en la elaboración del pacharán y que pueden lucir con orgullo su sello de calidad. Actualmente disfrutan de dicho sello Pacharán Zoco, La Navarra, Baines, Basarana, Azanza, Alaiz, Usua y El Castillo, pacharanes elaborados por las ocho empresas con denominación de origen Pacharán Navarro o Nafarroako Patxarana.