La salsa romesco es una preparación culinaria emblemática de la gastronomía catalana.
Originaria de Tarragona, hoy extendida por toda la comunidad, esta es una salsa muy versátil.
Ideal para pescados, carnes, marisco y verduras.
La elaboración de la salsa romesco es bastante sencilla.
Como ingredientes base, lleva tomate y ajo, que se asan para intensificar su sabor, además de ñora y frutos secos.
Para darle cuerpo se utiliza además un poco de pan frito.
Antes que nada, para empezar a preparar la salsa, vamos a poner a calentar el horno a 180 ºC.
A continuación, cogemos 1 kg de tomates maduros, los lavamos y les quitamos el tallo.
Los engrasamos con aceite y los disponemos en una bandeja o fuente apta para horno, junto con una cabeza de ajos pequeña.
Horneamos durante 30 minutos.
Mientras los tomates están en el horno, cogemos las ñoras y les vamos a hacer un corte.
Las ponemos en un bol y las cubrimos con un poco de agua hirviendo.
Por último, con una cuchara, las hundimos para que el agua entre por el corte que hicimos y no se queden flotando.
Hecho esto, ponemos a calentar ahora un poco de aceite de oliva para freír y, cuando esté caliente pero sin que llegue a humear, freímos por ambos lados 1 rebanada de pan de aproximadamente 30 g.
Dejamos reposar sobre papel absorbente.
Luego, tenemos que tostar 50 g de almendras y unos 30 g de avellanas.
Si las almendras tienen piel, ponemos un cazo con agua a calentar, hervimos las almendras 1 minuto, las sacamos y les retiramos la piel.
Las avellanas, si tienen piel se la dejamos.
Cuando saquemos los tomates y el ajo, bajamos el horno a 160 ºC y metemos los frutos secos unos minutos, hasta que cojan color.
Al sacarlos del horno, quitamos la piel de las avellanas frotándolas todas juntas dentro de un paño.
En el vaso de la batidora, ponemos los tomates sin el pedúnculo, los ajos pelados, la carne de la ñoras, la rebanada de pan frito rota en tres o 4 trozos, las almendras y las avellanas.
Trituramos todo junto hasta obtener una crema de textura lisa.
Si la batidora es poco potente, se pueden pelar los tomates para evitar los restos de pieles.
Ya solo nos queda aliñar la salsa con unas 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada de vinagre, sal y pimienta.
Finalizamos con unos golpes más de batidora para que se integre bien.
Podemos consumir enseguida, conservar varios días en la nevera o congelar.