El rejo es un cefalópodo perteneciente a la familia de los Sepiidae.
Esta especie, conocida científicamente como Sepia officinalis, posee un cuerpo ovalado y alargado, con una textura ligeramente rugosa en su piel.
Su coloración varía entre tonos marrones y grises, lo que le permite camuflarse con facilidad en su entorno marino.
En cuanto a su tamaño, el rejo tiende a ser más pequeño que el pulpo, alcanzando una longitud promedio de 20 a 30 centímetros.
Además, cuenta con una concha interna, también conocida como “pluma” o “hueso”, que le confiere cierta rigidez y protección.
A diferencia del pulpo, el rejo tiene ocho brazos de longitud similar, pero carece de los característicos tentáculos.
El pulpo pertenece a la familia Octopodidae y su nombre científico es Octopus vulgaris.
A diferencia del rejo, el pulpo presenta una cabeza prominente y un cuerpo redondeado, sin concha interna.
Su piel suele ser suave y lisa, con una coloración que varía entre tonos rojizos y pardo-amarillentos.
En cuanto a su tamaño, el pulpo puede llegar a ser considerablemente más grande que el rejo, con ejemplares que alcanzan hasta un metro de longitud, incluyendo sus tentáculos.
Este cefalópodo cuenta con ocho brazos y dos tentáculos largos y flexibles, equipados con ventosas en sus extremos, que utiliza para desplazarse y atrapar a sus presas.