Los calamares se encuentran en casi cualquier parte del mundo, tolerando tanto aguas frías como cálidas.
Un habitante del océano Atlántico tropical y subtropical, además del Mar Mediterráneo es la especie Abralia veranyi.
Su distribución recorre el Mar de los sargazos, las islas Bahamas, el Golfo de México, el norte de Brasil, llegando al otro extremo en lugares como Francia, Portugal, Angola e Italia.
Se encuentra a profundidades de 700 a 800 m durante el día, pero sus migraciones verticales hacen que por las noches estén a tan solo de 20 a 60 m de profundidad.
El mar Mediterráneo también es sitio ideal para la reproducción de la especie Histioteuthis reversa, que también se distribuye ampliamente por el Atlántico norte muy cerca de Irlanda y Atlántico sur, ocupando mares de Namibia y Sudáfrica.
Los miembros juveniles de este calamar se encuentran desde la superficie marina hasta 200 m de profundidad; los adultos inmaduros entre los 80 y 300 m, y los adultos maduros llegan a distancias extremas entre 600 y 1,300 m de profundidad.
Tailandia, Reino Unido, Israel, Venezuela, Taiwán, Indonesia, Pakistán, Haití, Costa Rica, entre muchos otros países, cuentan con varias especies de calamar en los mares que los rodean, por lo que podemos deducir que los calamares se encuentran en casi cualquier parte del mundo y que las características de su anatomía les permiten a muchos de ellos, permanecer tanto en aguas frías como en aguas cálidas.
Nototodarus hawaiiensis es una especie que se encuentra en las aguas de la plataforma continental de Australia y de las islas tropicales y subtropicales del Indo-Pacífico, como Hawái y las islas Midway.
Alluroteuthis antarctica es otro ejemplo de téutido de entornos fríos, pero la diferencia está en que se desarrollan del otro lado del mundo, pues se localiza exclusivamente en el océano Austral, rodeando al continente antártico y algunas islas cercanas.