El término «kosher» proviene del hebreo y significa «apto» o «adecuado».
Este término se aplica al vino que cumple con estrictas normas religiosas judías desde la cosecha hasta el embotellado, supervisado por una autoridad rabínica.
Para ser considerado kosher, el vino debe obtener un «hechsher», un sello de aprobación de una autoridad rabínica.
El vino kosher no solo simboliza la santidad y la pureza, sino que también representa la conexión entre el pueblo judío y Dios.
El vino no solo es una bebida de alta calidad, sino también un símbolo de tradición y fe.
El vino kosher juega un papel central en muchas ceremonias religiosas judías, incluyendo el Shabat y la Pascua.
Aproximadamente el 80% del vino kosher producido en todo el mundo se consume durante estas ceremonias.
El proceso de elaboración del vino kosher no altera su sabor ni su calidad, permitiendo a los consumidores disfrutar de una experiencia vinícola auténtica sin comprometer las tradiciones religiosas.
La supervisión constante y el cumplimiento de las leyes del kashrut son esenciales para mantener la pureza y la integridad del vino kosher.
Más allá de su importancia religiosa, el vino kosher tiene un profundo significado cultural y social.