El cassoulet es un plato gastronómico, fundamentalmente un guiso hecho con alubias blancas o frijoles, y distintas partes de carne animal.
Es típico de la cocina del sur de Francia, concretamente de las regiones de Occitania.
Aunque, como en todas los platos antiguos y populares, hay diferencias entre las recetas de una familia y otra, se puede concretar que el ingrediente básico del cassoulet son las alubias blancas, que se cuecen con trozos de carne y embutidos que pueden variar según la receta, pero entre los que se suele encontrar costilla de cerdo, salchichas de Toulouse, tocino y corteza de tocino y pato confitado.
En algunas modalidades de la receta incluso morcilla de sangre, dependiendo de la temporada del año o la variedad local.
Tres ciudades cercanas, Castelnaudary, Carcasona y Toulouse, se disputan el origen primigenio y sobre todo la mejor calidad de cada variedad del plato, continuando una disputa ya ancestral.
Se dice sin embargo también que en Castelnaudary se encuentra el cassoulet «Dios, el Padre», en Carcasona se encuentra el cassoulet «Dios el Hijo» y en Toulouse se encuentra el cassoulet «Dios, el Espíritu Santo», refiriéndose al concepto cristiano de la Trinidad.
Es muy habitual encontrarlo ya preparado en latas en Francia, variando en calidad e ingredientes según la versión y precios.
Este plato occitano no es muy diferente de otros platos típicos de resistencia de invierno que se comen en España, como los típicos cocidos, como las judías de El Barco de Ávila, o la butifarra con alubias.
De hecho parece que este último plato y el cassoulet derivan de una versión común con habas, pero que con la llegada de las alubias en el norte del Pirineo sustituyeron las habas por estas otras mientras que en el sur no se hizo.
Evidentemente, en cada región, para este tipo de platos, se utilizan las especialidades locales y no otras para enriquecer el plato.