El pisto manchego, también conocido simplemente como pisto, es un plato tradicional de la cocina española que consiste en una fritada de diversas verduras de composición variable, posiblemente aquellas más accesibles durante la temporada en una huerta. El sobrenombre de manchego procede de La Mancha, aunque se puede ver preparado a lo largo de casi todo el territorio español. En principio algunos autores asocian la palabra "pisto" etimológicamente a pistare que significa jugo de carne de ave, o del latín pistus. Con la incorporación progresiva del tomate y del pimiento, proveniente de las Indias, el plato se transforma. Todo apunta a que el origen del pisto manchego es lógicamente árabe, pero muchos se dan de tortas con las fechas y con las procedencias. Lo que sí que es seguro es que el plato es de origen popular, estival y mediterráneo. Ya que son claros los parecidos entre la ratatouille francesa, el shakshuka y el pisto manchego, todos basado en la elaboración ancestral andalusí llamada alboronía. Se trataba de aprovecharse de las viandas que se producían en los huertos de los campesinos, y que comían los propios jornaleros y familias para saciar su apetito junto a pan, en sus duras jornadas de trabajo. En su origen, el plato posiblemente fuera cocinado por los campesinos de La Mancha al aire libre con los productos de una huerta que estaban más accesibles. El auténtico sólo lleva pimientos verdes y rojos, tomates y un poco de calabacín pero las verduras empleadas suelen variar enormemente dependiendo de la zona, de la temporada y de los gustos locales. No obstante se puede decir que siempre lleva tomate y pimiento, y es frecuente que lleve cebolla, ajo, calabacín. Las verduras se van pochando sucesivamente en una sartén con aceite de oliva y cuando están listos se dejan reposar durante media hora.