Maridar el vino tinto con un alimento con el que cree buena armonía es fácil.
Cuando decidimos preparar una comida o cena, a veces, nos cuesta encontrar el vino tinto perfecto para maridar con los alimentos.
Pero también ocurre el caso inverso: otras veces, tenemos una botella de vino y no sabemos muy bien con qué comida acompañarla.
El vino tinto puede ser joven – sin paso por barrica – o bien roble, crianza o reserva, es decir, que llevan ciertos meses de crianza en barrica.
Maridaje de vinos tintos jóvenes.
En el caso de un vino tinto joven, un buen maridaje puede ser una tabla de embutidos o queso semicurado; también, aperitivos o entrantes ligeros, algunos pescados azules, carnes blancas o rojas, sobre todo, en preparaciones sencillas como la plancha.
También admite setas, pasta, arroz con bogavante, bacalao u otros pescados en salsa; incluso, puedes tomar vino tinto con algo de chocolate.
Vinos tintos roble: un tinto roble es un vino que ha pasado un período de 4 a 6 meses en barrica, ya sea de roble francés o americano.
Este tipo también hace una buena combinación con embutidos y quesos curados.
Los guisos de carnes rojas y las carnes a la brasa crean una buena armonía, igualmente, con estos vinos.
Maridaje de vinos tintos crianza: al igual que con los que llevan un tiempo inferior en barrica, los vinos crianza suelen combinar bien con quesos y chacinería, una ensalada de pimientos y atún, guisos de carne, asados y carnes a la brasa, entre otras comidas algo más contundentes.
Vinos tintos reserva y gran reserva: son los que pasan más tiempo en su crianza en barrica y, debido a esta y a las características que ello les confiere, son un compañero perfecto de platos de caza y guisos más sutiles y elaborados.
Y, aunque parezca sorprendente, también hacen una pareja ideal con chocolate puro 100 % cacao.
Si te atreves a probarlo, elige un vino que te guste y una comida que también haga tus delicias… y disfruta de la combinación en el paladar y en el estómago con un buen maridaje de vino tinto.