Los quesos valencianos reconocidos son: queso fresco de 'cassoleta', queso de la Nucía, 'blanquet', queso de pañoleta y tronchón.
Además de los quesos, hay que considerar la presencia del requesón, productos lácteos derivados de la leche que acompañaron desde el primer momento a los quesos frescos valencianos.
Y nombro a estos dos porque hay que añadirlos como productos tradicionalmente transformados a partir de la leche además de los que la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través de la Orden del 23 de diciembre de 2008, amparó bajo la marca Producto de Calidad de la Comunitat Valenciana.
A estos habría que añadir el Sierra de Espadán, queso de coagulación láctica recientemente incorporado al catálogo de quesos españoles.
La cuajada de leche, tradicional en las comarcas de interior del norte de la provincia de Castellón, se conseguía fácilmente batiéndola con una ramita de higuera aprovechando su savia o más comúnmente tomando los pistilos de la flor del cardo, dejándolos secar para machacarlos después y desleírlos en agua.
Esa esencia se le incorporaba a la leche removiéndola hasta que comenzara a cuajar.
Para la producción de los quesos tradicionales valencianos se utiliza siempre leche natural y entera, bien de vaca, oveja o cabra, así como de sus mezclas.
No debe añadírsele calostros ni conservantes y la leche ha de filtrarse antes de su procesado manteniéndose a menos de seis grados centígrados.
Se realizará su pasterizado, elevando la leche a 72º durante 15 segundos o a 63º durante media hora.
El segundo paso es la coagulación, a base de cuajo animal, vegetal u otros enzimas coagulantes autorizados, sometiéndose a una temperatura que oscilará de los 30º a los 40º y de media a una hora.
Luego llega el corte, que se realizará según la granulometría necesaria para el queso que se desee realizar.
La masa pasa posteriormente a los moldes y al prensado, bien manual o bien mecanizado.
El salado del queso puede realizarse de diversa manera, bien por incorporación a la masa en la cuba, o por inmersión de los quesos una vez moldeados en cubas de salmuera.
Finalmente, y en el caso de los quesos que no se consuman en fresco, la maduración.
El período mínimo considerado es de seis días.