El vino Pedro Ximénez es, sin duda, el ingrediente estrella en muchas recetas de nuestra cocina.
Pedro Ximénez no solo es el nombre de un vino, sino también de la uva con la que se elabora.
Se cultiva principalmente en el sur de España, en la región vinícola de Jerez, que forma parte de la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry.
Una de las más aceptadas sugiere que el nombre Pedro Ximénez es simplemente una adaptación de Pedro Jiménez, ajustado al idioma portugués o brasileño cuando se exportaba el vino desde Andalucía a Brasil.
Otra teoría cuenta que un soldado alemán llamado Peter Siemens trajo consigo unas cepas de esta uva desde Flandes, en el siglo XVI, aunque cuesta creer que una variedad tan delicada prosperara en el frío del Rin.
Lo más lógico es pensar que esta uva encontró su mejor desarrollo bajo el sol andaluz, donde se ha cultivado desde el siglo XVII.
También hay quienes creen que Pedro Ximénez deriva del árabe, donde supuestamente significa gota dorada.
Aunque ya se menciona su cultivo en documentos del siglo XV, es a partir del siglo XVI cuando se empieza a extender por Córdoba, ganando terreno a otras variedades gracias a su indiscutible calidad.
El Pedro Ximénez es un vino dulce que evoca sabores de higo, dátiles y pasas, y esos mismos aromas se perciben también en nariz, acompañados por notas de miel.
Su carácter es suave, delicado y muy untuoso.
Y es precisamente por ese perfil de sabor, que lo hace perfecto para enriquecer salsas que acompañen todo tipo de carnes.
Algunas recetas donde este vino brilla son el solomillo al Pedro Ximénez, el rabo de toro guisado, carrilleras de cerdo, presa ibérica y hasta en postres.