Su sabor es muy suave y gusta a todas las edades, es barato y fácil de preparar, sirve como entrante o plato principal, pero no se conoce ni siquiera en toda Navarra.
La receta se remonta al siglo XVI y se consume en los pueblos del Camino de Santiago hasta llegar a Villava, a las puertas de Pamplona, donde es religión.
En Gipuzkoa puede encontrarse en grandes superficies, aunque apenas se conoce entre la población autóctona.
El epicentro del relleno lo encontramos, por tanto, en Villava, donde tiene su sede la Cofradía del Relleno de Navarra y es muy consumido durante sus fiestas patronales.
De la tradición a la quinoaLa cofradía celebra en fiestas un concurso que sirve para premiar la mejor elaboración tradicional pero también para introducir innovaciones, ya que también se premia la originalidad.
Se da la paradoja de que en la localidad apenas quedan carnicerías que lo elaboren de manera artesanal, y la mayor parte de la producción es industrial.
En la carnicería Olóriz, ubicada en plena calle Mayor, Félix Ilarraz sigue haciendo todo el proceso de manera ancestral solamente con la ayuda de una picadora, incluso rellenar la tripa.
Un producto por tanto, poco extendido, pero que tiene en su feudo navarro y en su historia la garantía de que pervivirá.
Fuera como fuera que se inventó, es un alimento que ha perdurado y perdurará.