El término txistorra se acuña para unificar el léxico con que en cada zona se denominaba a esta particular longaniza; “txistorre” en Leiza, “chingarra” en Artajona, “choringa” en Caparroso…, y hasta “salchicha roja” en algunos pueblos de la zona media de Navarra.
Se elabora a partir de carne y tocino de cerdo que, cortados y bien picados, se amasan añadiendo a la mezcla especias molidas como sal, ajo morado y pimentón, casi siempre dulce o picante según el gusto de la zona de fabricación.
El picado perfecto y nítido permite la clara diferenciación entre la carne magra y el tocino.
Se macera durante un día y se embute en tripa natural de cordero, delgada, cilíndrica y de calibre muy fino o en tripas artificiales largas y también finas.
Se deja madurar en periodos variables entre dos y tres días.
Cuando el periodo de curación es menor, no lleva proceso de fermentación y el consumo debe ser más rápido.
Se envasa en bandeja en atmósfera protectora, al vacío con fecha de caducidad o a granel.
Aspecto cilíndrico uniforme, de color rojo anaranjado al rojo intenso, se presenta en formatos que oscilan entre los 20 y 70 cm de largo, algunos con forma de herradura.
En el caso de las artesanas, “oreadas” sin aditivos ni conservantes, se conservan a una temperatura entre 0-6 ºC y deben consumirse en breve.
Antiguamente se tenía por costumbre colgarlas en el techo de la cocina donde recibían el calor y el humo durante dos o tres días y después se comían o guardaban para conseguir un producto más curado y seco.
Muy polivalente, se puede combinar con huevos fritos, tortilla, preparar en bocadillo o utilizar como guarnición en un plato de legumbre, pasta o arroz.