Es un absoluto milagro hacer cine en México.
Estábamos en casa de mi mamá con una computadora, que fue la inversión de Huevocartoon, y decíamos: ‘¿Te imaginas algún día sacar playeras y gorras de nuestros personajes?’ y mi hermano me dijo: ‘¿Te imaginas hacer una película?’ y yo no podía ni pensarlo.
Se la pusimos difícil (a Bruno), en la primera entrega llegó y le dijimos eres un huevito, en la segunda, ahora eres un pollo, en la tercera, ahora un gallo y cada vez que llegaba el personaje había cambiado, yo creo que podemos darle todavía otras dos películas más.
Es un sueño hecho realidad que un interprete pueda hacer animación en su propio país y más desde cero; es muy emocionante, no podría terminar de expresar con palabras lo que siento.
Nunca tuvimos la intención de ser el estudio número uno de Latinoamérica, queríamos desarrollar nuestra vocación y poner el alma en ella.
Después del éxito del 2015 nos sentamos con la gente de Videocine y lo primero que les dijimos fue que queríamos continuar con dos películas más para la saga.