La historia de la harina se remonta a la prehistoria, donde se encontraron las primeras evidencias de granos molidos en piedras.
Con el nacimiento de la agricultura en el Neolítico, hace unos 10,000 años, el cultivo de cereales como el trigo marcó el inicio de la producción de harina a mayor escala.
La invención de los molinos de agua y luego de viento revolucionó la producción de harina, permitiendo una molienda más eficiente y en mayores cantidades.
La revolución industrial trajo consigo mejoras significativas en la molienda, con maquinarias que optimizaron aún más el proceso.
La facilidad de producir harina en grandes cantidades transformó al pan y a otros productos horneados en alimentos básicos a nivel mundial.
La globalización permitió la mezcla de culturas y, con ello, la introducción de distintos tipos de harinas y recetas en diversas partes del mundo.
El mercado actual de la harina se caracteriza por su constante innovación, ofreciendo productos que se adaptan a las necesidades nutricionales y gustos de los consumidores.
La demanda por productos más saludables y sostenibles ha llevado a la creación de harinas integrales, orgánicas y de especialidad.
En Gallo, nuestro compromiso con la excelencia nos lleva a seleccionar cuidadosamente los granos, empleando procesos que garantizan una harina superior, capaz de darle a nuestras pastas ese sabor y textura inigualables que nuestros clientes aman.
En Pastas Gallo, nos proponemos honrar este legado continuando con la tradición de ofrecer productos de la más alta calidad, manteniéndonos fieles a nuestras raíces mientras miramos hacia el futuro.