El cocido madrileño es un plato humilde, en el sentido de que en un principio era propio de las clases menos acomodadas, posiblemente para hacer frente a los fríos inviernos debido a su contundencia. Los ingredientes de este guiso siguen siendo sencillos: garbanzo, carne (de cerdo, vaca y gallina), tocino, patata y algún vegetal, como el repollo, la zanahoria y el cardo. La forma más primitiva de hacerlo “sugiere” que se deje a fuego lento toda la noche en una olla de barro. La carne puede ser de tres clases, y lo común es que el típico cocido cuente con todas. El resultado de la cocción de estos ingredientes es el sabroso caldo. El primer vuelco es el caldo (actualmente, la sopa); el segundo corresponde al plato principal, los garbanzos, junto con la patata y verduras; y el tercer vuelco serían las carnes, llamado el “vuelco de las viandas”. Se ha convertido en un plato típico de los restaurantes madrileños, y curiosamente, suele estar en el menú del día de los miércoles. Tal fue la fama y tradición de este plato que en los años 50 se le dedica una canción cuya autoría se debe al maestro Quintero León y Quiroga, y que sería interpretada por José Blanco Ruiz: Cocidito madrileño.