Hay muchos tipos de cocido en España.
Y es que esta elaboración siempre ha sido una de las insignias de la gastronomía española más tradicional.
Hay casi tantas variedades como comunidades autónomas.
La calidad de la gastronomía española hace que tengamos muchos platos interesantes repartidos por toda la geografía.
El cocido andaluz está formado por una sopa de legumbres y verduras que suele llevar garbanzos, zanahoria, algún tipo de col y patatas.
Esto se sirve primero para después continuar con una bandeja llena de carne en la que se incluyen morcillo de ternera, tocino, hueso de jamón o longaniza, entre otras.
La pringá, que es básicamente una masa elaborada con todos los restos de la carne y que se unta en el pan.
El cocido madrileño está formado por tres platos.
La sopa de fideos como entrante, los garbanzos y las verduras como primer plato y la carne como segundo y plato principal.
El cocido castellano está formado por un total de tres platos, que sirven en un orden concreto.
El pote asturiano, en vez de llevar garbanzos como la mayoría de cocidos, lleva las habas tan distintivas del Principado.
El cocido lebaniego es una receta que tiene la carne de cerdo en todas sus variedades como la gran protagonista.
El cocido extremeño tiene la particularidad de que no lleva entre sus ingredientes prácticamente nada de verdura.
El cocido montañés es una receta que en vez de contar con garbanzos entre sus ingredientes, opta por las alubias blancas, en un plato parecido al pote asturiano.
El cocido maragato, típico de León, es el orden en que se comen los platos, al contrario que el cocido castellano, por ejemplo.
El cocido gallego se hacía después de la matanza del cerdo, con los productos que se conseguían.
El cocido catalán o escudella es todo un patrimonio de la comunidad.
El rancho canario es una receta tradicional en cuanto a cocidos se refiere, está elaborado con garbanzos, patatas, fideos y diferentes carnes.
Todos los ingredientes se cocinan juntos, y quizá este sea el elemento diferencial de este cocido.