Las sopas y las cremas frías son, junto a las ensaladas, las grandes protagonistas del verano gastronómico.
Por esta razón, el salmorejo es, sin duda, uno de los platos que más se consume durante la temporada estival.
Sin embargo, no solo podemos encontrar el famoso salmorejo cordobés, sino que también existe una versión canaria, una aragonesa, una manchega e incluso una extremeña.
Al igual que le sucede al salmorejo cordobés, hoy en día hay una enorme y rica variedad dentro del salmorejo extremeño.
Una receta que ha ido pasando de generación en generación, pero que cada persona ha sabido darle su toque único y personal.
Tanto es así, que puede prepararse de maneras muy diferentes.
En esta ocasión, estamos frente a una de las recetas más populares y elaboradas del salmorejo extremeño.
Un plato que si bien se prepara especialmente en verano, puede tomarse en cualquier época del año.
Como podrás ver, tiene notables diferencias con respecto al salmorejo cordobés, tanto en su elaboración como en sus ingredientes.
Al igual que le sucede al salmorejo cordobés, hoy en día hay una enorme y rica variedad dentro del salmorejo extremeño.
Una receta que ha ido pasando de generación en generación, pero que cada persona ha sabido darle su toque único y personal.
Tanto es así, que puede prepararse de maneras muy diferentes.
Trocea en cuadraditos el hígado y el magro de cerdo.
Coloca los ajos enteros en una sartén con aceite hasta que estén dorados.
A continuación, dora el hígado y el magro y salpimenta.
Pica abundante cebolla y perejil, añade las carnes de cerdo y aliña con aceite de oliva y un poco de vinagre de Jerez al gusto.
Agrega, por último, un poco de sal en escamas.
Un plato que, como puede verse, es muy calórico por lo que hay que tomarlo con moderación.
No obstante, el salmorejo extremeño es también rico en fibra vegetal, con lo que favorece la digestión.
Asimismo contiene antioxidantes y vitaminas C y E.