Se considera que las carnes magras son las más saludables puesto que son ricas en proteínas de alta calidad y bajas en grasas, motivo por el cual la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomienda el consumo de tres a cuatro raciones de carne magra dentro de la dieta semanal. Las carnes de conejo, pollo y pavo son magras casi en su totalidad y son las más recomendadas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición , mientras que la cantidad de magra en la carne de vacuno, de cordero o de cerdo depende del corte. La carne de conejo es una de las carnes más saludables que podemos consumir. Además de tener un bajo porcentaje de grasa, destaca por su sabrosidad y su bajo contenido en ácidos grasos saturados. Aporta proteínas de alto valor biológico, fósforo, potasio, selenio, vitaminas B3, B6 y B12, es baja en sodio y no contiene ácido úrico. La carne de pollo tiene un bajo contenido de grasa y su pechuga es la parte más magra con un 7 % de esta. Aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas del grupo B, es rica en triptófano y tiene minerales como fósforo, potasio, magnesio y zinc. La carne de pavo aporta los mismos nutrientes que el pollo. No obstante, tan solo tiene un 2 % de grasa, frente al 7 % de grasa de la pechuga de pollo y contiene menos de 50 mg de colesterol por cada 100 gramos, mientras que el pollo aporta unos 80 mg de colesterol por la misma cantidad. La carne de cerdo tiene zonas con poca grasa. Sus cortes con mayor cantidad de magro los podemos encontrar en el lomo, el solomillo o la pierna, pues en estas partes su porcentaje de grasa total se sitúa por debajo del 5 %. La magra del cerdo tiene proteínas de alto valor biológico, vitaminas del grupo B, y aporta minerales como magnesio, potasio, fósforo, zinc y hierro. Los cortes magros de la carne de ternera aportan un 6 % de grasa aproximadamente en sus partes más saludables. Entre ellos se encuentran el bistec de pierna, el filete, el lomo y la falda en la carne de res. La carne de cordero también puede ser una buena opción, eso sí, debemos elegir bien los cortes más magros, como son el brazo, la pierna y el lomo. Es una carne de gran sabor y jugosidad, rica en proteínas de alto valor biológico y nutrientes como las vitaminas del grupo B, el hierro y el zinc.