Los cereales encabezan la lista, con el arroz liderando en consumo de agua.
Aproximadamente 11,500 metros cúbicos por hectárea se destinan a este cultivo, señalando su alta demanda de agua para su producción.
Además, otros cereales como el trigo, la cebada y el maíz siguen de cerca, con un consumo que varía entre 1,500 y 4,500 metros cúbicos por hectárea.
Estos cultivos son fundamentales en la dieta española y en la industria alimentaria, pero su impacto en los recursos hídricos es innegable.
Si bien la agricultura española es diversa y productiva, su dependencia del agua plantea desafíos significativos en un contexto de cambio climático y escasez de recursos hídricos.
Es crucial adoptar prácticas agrícolas más sostenibles y eficientes para garantizar la seguridad alimentaria y la conservación de este recurso vital para las generaciones futuras.
Con alrededor de 6,000 metros cúbicos por hectárea, los cítricos ocupan un lugar destacado en la lista de consumidores de agua.
A pesar de su importancia económica y cultural, su huella hídrica plantea desafíos para la gestión sostenible del agua.
Con un consumo que oscila entre 3,000 y 5,000 metros cúbicos por hectárea, estos cultivos demuestran que incluso las hortalizas más comunes tienen un impacto significativo en los recursos hídricos.
Los viñedos, pilares de la renombrada industria vinícola española, también tienen su parte de responsabilidad en el consumo de agua.