Las torrijas son uno de los postres más representativos de la gastronomía riojana, según han determinado los lectores de Diario LA RIOJA e internautas de larioja.com.
En palabras de Arizcuren, «este es un postre un poco pesado, para comer una rodaja».
Y propone un menú: «De primero, ya que es temporada, un buen pisto acompañado de un huevo escalfado o frito, luego te comes unas torrijas y ya has hecho una comida ideal, yo prescindiría del segundo plato».
Este experto culinario explica que «las torrijas son un postre que, al igual que las sopas de ajo en su elaboración, requiere muy poco coste.
Nos ayuda a aprovechar todo el pan que nos sobra».
Además, «se pueden guardar en la cámara porque aguantan varios días, así que podemos hacer una cantidad mayor y guardarla sin problemas».
Arizcuren apuesta por las torrijas como «un postre más típico de La Rioja y de la cocina de casa que la leche frita, aunque -reconoce- se parecen mucho».
Asimismo, el cocinero de 'Casa Emilio' afirma que éste es un postre que se puede «elaborar de muchas maneras».
Por ejemplo, «le echaríamos un zurracapote dulce, y en vez de rebozar en leche rebozaríamos en vino».
Este -en palabras de Arizcuren- «es un plato que se demanda mucho en La Rioja, incluso en restaurantes con estrellas Michelín, aunque hacen algún tipo de variación para que no sea tan tradicional, pero las tienen».
Las torrijas son «un postre invernal, se pueden comer tanto frías como calientes.
Yo siempre las pongo frías aunque no de cámara, sino que las saco un poco antes para que estén templadas.
Es un postre contundente porque lleva pan y leche, más de invierno que de verano», explica.
Para finalizar, Arizcuren recuerda que este postre «tiene una textura muy blanda» y por eso «se deshace en la boca nada más introducirlo, te da una sensación de estar tomando leche merengada».