Albahaca: planta aromática muy utilizada en platos italianos como pastas y pizzas donde se suele utilizar fresca.
Existen más de 150 especies de albahaca diferentes, aunque la que se emplea en la cocina es la albahaca dulce.
Si se va añadir a un plato caliente, es mejor que sea al final de la cocción para que no pierda su aroma.
Laurel: es uno de los condimentos más empleados en la cocina mediterránea.
Se utilizan las hojas secas del laurel para aromatizar guisos, estofados, salsas, escabeches y adobos.
Nunca se deben freir sus hojas, sino hidratarlas, para sacar así todo su aroma, entre dulce y picante.
El laurel combina muy bien con otras hierbas aromáticas como el orégano, perejil y tomillo.
Es recomendable guardar el laurel dentro de un frasco, nunca en la nevera ya que pierde sus cualidades.
Orégano: de origen silvestre, sus hojas, frescas o secas, son ideales para pizzas y pastas, aunque también se emplean en verduras, patatas o salsas.
Podemos encontrarlo en masas saladas como pan, pizza o focaccia.
Combina bien con quesos tipo mozzarella, anchoas, huevos o cebollas.
En infusión, ayuda a la digestión.
Perejil: es probablemente la hierba aromática más utilizada en nuestro país.
Existe dos tipos de perejil: liso y rizado.
El primero tiene un sabor más fuerte, por lo que suele emplearse en platos de cuchara, salsas, vinagretas o relleno, mientras que el rizado se utiliza normalmente para decorar.
No soporta bien las altas temperaturas ni largos tiempos de cocción.
Eneldo: de sabor dulce y anisado, acompaña bien a carnes y pescados y platos cremosos.
Combina a la perfección con limón y vinagre.
Es una hierba muy utilizada en la cocina escandinava, tanto para marinar el salmón como en las conservas de arenque.
Si lo vamos a añadir a platos cocinados, conviene echarlo al finalizar la cocción para así conseguir que no pierda aroma y sabor.
Romero: típico de la zona mediterránea, el romero es una de las plantas más apreciadas por su aroma y su sabor.
El romero le da el toque final a uno de nuestros platos más universales: la paella.
Una vez seca, conserva bastante bien sus propiedades.
En España se emplea para asar o guisar cordero o conejo, pistos, adobos, encurtidos, arroces y para elaborar y secar embutidos o quesos.
Menta: la menta tiene un sabor refrescante que puede llegar a producir una sensación de frío en el paladar y las vías respiratorias.
Es una hierba muy fácil de tener y cultivar, ya que crece rápidamente en suelos húmedos, fértiles y poco soleados.
Es perfecta para tenerla en maceta en la cocina.
Se utiliza principalmente en platos dulces y repostería, aunque también tiene presencia en platos salados como ensaladas, para aromatizar salsas y sopas, con verduras, carnes de caza, cordero o legumbres.
Tomillo: el tomillo es una hierba típica del mediterráneo que podemos encontrar de forma silvestre en muchas zonas de monte.
Podemos secarla atando ramilletes por el tallo y colgándolos boca abajo en un lugar seco y aireado.
Una vez estén secas las hojas, se pueden triturar y guardar en un envase hermético.
Se puede cocer durante largo tiempo, sin riesgo de que cambie su sabor o amargue el plato.
Combina con carnes, aves, embutidos, patatas, verduras, sopas, guisos…