La oración de liberación y sanación es de gran ayuda para debilitar la influencia satánica, pero lo más importante es tener fe.
Una oración de liberación que es muy poderosa es el Padrenuestro, la oración que el mismo Cristo nos enseñó, que dice: “…No nos dejes caer en la tentación y líbranos de todo mal”.
Otra arma contra las acechanzas del demonio es la ayuda de la Virgen María, mediadora de todas las gracias.
Ella es la enemiga número uno del demonio.
Cuando rezamos el Avemaría decimos “Llena eres de gracia”.
María es la mediadora de la gracia de Dios para con los seres humanos, particularmente mediadora de los que sufren.
Ella será quien destruya al demonio al final de los tiempos.
El demonio se horroriza cuando escucha su nombre.
Durante algunos exorcismos, los demonios se refieren a la Virgen María como “la líder”, “la superiora”, la “ladrona de almas”.
Pero siempre recordamos que es Dios quien libera de la influencia de satanás.
Cuando invocamos la mediación de la María, Madre de Dios Hijo, Dios Padre está más atento a escuchar.