Los callicidas están compuestos por un ácido, normalmente ácido salicílico.
Este componente llega a quemar el callo o heloma, pero a su vez, también daña el tejido sano de los alrededores del pie.
Cuando un paciente se aplica un callicida para eliminar un heloma, en un gran porcentaje de casos provoca otra lesión bastante más grave y severa como sería una quemadura, que a su vez deja expuesta la piel a una infección.
Otro de los motivos por los que se desaconseja su uso viene dado por la desinformación, ya que los pacientes normalmente no van a conocer si su lesión es un heloma, callo, dureza o verruga plantar y evidentemente esto puede causar como hemos comentado, graves problemas para nuestros pies.
Además hay pacientes que tampoco saben que tienen otras patologías que pueden llegar a ser peligrosas con el uso de estos productos (diabetes, mala circulación, pacientes neurológicos...).