Los vinos de Jerez son vinos fortificados, lo que significa que se les añade alcohol durante la fermentación para detenerla y aumentar su contenido de alcohol. Esto les da un sabor único y distintivo que los diferencia de otros vinos. Los vinos de Jerez se clasifican en cinco tipos principales: Fino: Estos vinos son secos, ligeros y frescos. Tienen un sabor a levadura y almendras. Oloroso: Estos vinos son más oscuros y complejos que los finos. Tienen un sabor a nueces y pasas. Amontillado: Estos vinos son una mezcla de finos y olorosos. Tienen un sabor a levadura, almendras y nueces. Palo Cortado: Estos vinos son similares a los olorosos, pero tienen un sabor más seco y amargo. Pedro Ximénez: Estos vinos son dulces y densos. Tienen un sabor a pasas y dátiles. Los vinos de Jerez se elaboran con la uva Palomino, que es una variedad autóctona de la región. La uva se cultiva en un clima cálido y seco, lo que le da un sabor único. Los vinos de Jerez se utilizan a menudo en la cocina española. Se pueden utilizar para cocinar, marinar o simplemente para beber.