La fabada es el plato por excelencia de la cocina asturiana, con permiso del cachopo y otras delicias originales de esta Comunidad Autónoma. Este plato de cuchara se elabora a base de faba asturiana y compango, el conjunto de carnes, embutidos y salazones que acompañan a les fabes, formado por chorizo, morcilla asturiana curada, lacón y tocino.
Para aprender la forma más sencilla de hacer en casa una fabada asturiana, vamos a seguir la receta de Karlos Arguiñano, cocinero y presentador de televisión.
Para lograr que nuestras alubias queden muy tiernas, Karlos Arguiñano nos aconseja que, además de cocerlas a fuego lento, las “asustemos” tres veces.
La noche anterior, ponemos las fabes a remojo en un recipiente grande lleno de agua. En otro bol hacemos lo mismo con el lacón, cubriéndolo con agua y dejándolo en remojo durante toda la noche.
Al día siguiente, escurrimos las fabes, y las ponemos en una cazuela grande, cubriéndolas con agua (2-3 dedos por encima). Encendemos el fuego para que empiecen a cocer.
A la misma cazuela añadimos la morcilla, el chorizo, la panceta, el lacón y la hoja de laurel. Pelamos los dientes de ajos y la cebolla y lo incorporamos.
Cuando empiecen a hervir, desespumamos y asustamos las fabes, vertiendo medio vaso de agua fría para cortarles el hervor. Repetimos este proceso 3 veces en total. Entonces, dejaremos nuestra fabada cociendo a fuego suave durante 3 horas aproximadamente.
Pasado este tiempo, retiramos el lacon, la morcilla, el chorizo, y la panceta a un plato y los reservamos.
Ponemos la cebolla y unas cuantas fabes con un poco de caldo en un vaso batidor. Trituramos bien y vertemos el puré a la cazuela.
Probamos y ponemos a punto de sal. Cortamos con un cuchillo las carnes en trozos pequeños y los incorporamos a la cazuela. Cocinamos todo junto durante un par de minutos y servimos.