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¿Qué harina se le pone a las croquetas?

Celia Adame
Celia Adame
2025-10-25 01:15:05
Respuestas : 10
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Para hacer croquetas de jamón caseras no dejes que la falta de tiempo te aleje del placer de disfrutar unas croquetas de jamón caseras. Aunque es cierto que la preparación de la bechamel requiere paciencia y dedicación, el resultado final merece cada minuto invertido. Estas croquetas son una auténtica delicia que te transportará a los sabores tradicionales de la cocina casera. Al hacerlas, te aseguras de utilizar ingredientes frescos y de calidad, lo que se traduce en un sabor inigualable. Además, el proceso de elaboración, aunque laborioso, puede convertirse en una actividad gratificante, ya sea que las prepares para una comida especial, una reunión con amigos o simplemente para darte un capricho. No hay nada como disfrutar del crujiente exterior y el cremoso interior de unas croquetas de jamón recién hechas, con todo el sabor y la textura que solo las croquetas caseras pueden ofrecer. Dedica un poco de tiempo a preparar esta receta clásica y disfruta del resultado: un plato que nunca pasa de moda y que siempre sorprende. Para comenzar la preparación de nuestras croquetas de jamón, coloca una cacerola a fuego medio y añade la mantequilla. Deja que se derrita por completo, asegurándote de que cubra toda la base de la cacerola. Esto garantizará que los ingredientes se cocinen de manera uniforme. Una vez derretida la mantequilla, agrega las dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra, lo que aportará un sabor extra y ayudará a que la cebolla se poche mejor. Añade la cebolla finamente picada y un toque de sal al gusto. Cocina la cebolla a fuego medio-bajo, removiendo ocasionalmente, hasta que se vuelva transparente y comience a adquirir un ligero tono dorado. Este paso es crucial para desarrollar el sabor base de nuestras croquetas. Cuando la cebolla esté dorada y tierna, incorpora el jamón serrano cortado en taquitos muy finos. Cocina el jamón hasta que comience a dorarse, removiendo con frecuencia para que se mezcle bien con la cebolla y libere todo su sabor. Una vez que el jamón tenga un color marrón y esté bien cocinado, es el momento de añadir la harina. Hazlo poco a poco y sin dejar de remover para evitar que se formen grumos. Baja el fuego al mínimo y continúa removiendo la mezcla de harina, jamón y cebolla hasta que la harina se integre completamente y adquiera un tono ligeramente tostado. Este proceso es clave para que la bechamel de las croquetas tenga una textura suave y cremosa. Con la harina bien integrada en la mezcla, comienza a añadir la leche, vertiéndola poco a poco. Es importante hacerlo en varias tandas y a medida que la añades, mezcla enérgicamente con una batidora eléctrica o una espátula de madera. Este paso asegura que la bechamel quede libre de grumos y con una consistencia cremosa. Sigue añadiendo la leche gradualmente, sin dejar de batir, hasta que toda la leche esté incorporada y la masa haya alcanzado una textura homogénea. Si es necesario, rectifica el punto de sal en este momento. Cocina la bechamel a fuego lento, removiendo constantemente, hasta que espese y tenga una consistencia sólida pero manejable. Una vez alcanzada la textura deseada, apaga el fuego y deja que la masa se enfríe por completo antes de darle forma. Una vez que la masa esté completamente fría y haya adquirido una textura más firme, es momento de formar las croquetas. Toma pequeñas porciones de la masa y amásalas con las manos, dándoles la forma clásica de las croquetas, ya sea cilíndrica o ligeramente ovalada, según tu preferencia. Este paso es fundamental para que las croquetas tengan una forma uniforme y se cocinen de manera pareja. Una vez que hayas dado forma a todas las croquetas, pásalas por pan rallado, asegurándote de que queden bien cubiertas por todos los lados. Este rebozado les dará ese exterior crujiente tan característico. El paso final es freír las croquetas para que queden doradas y crujientes por fuera, y cremosas por dentro. Calienta abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén profunda a fuego medio-alto. Es importante que el aceite esté bien caliente antes de añadir las croquetas, para que se sellen rápidamente y no absorban demasiado aceite. Fríe las croquetas en pequeñas tandas, evitando sobrecargar la sartén para que se cocinen de manera uniforme. Gíralas con cuidado para que se doren por todos los lados. Una vez que estén doradas y crujientes, retíralas con una espumadera y colócalas sobre un plato cubierto con papel absorbente. Esto ayudará a eliminar el exceso de aceite y garantizará que las croquetas mantengan su textura perfecta.
Sandra Bernal
Sandra Bernal
2025-10-25 00:27:33
Respuestas : 5
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Comenzamos derritiendo a fuego lento la mantequilla en una sartén ancha con un chorrito de aceite de oliva. Una vez derretido, añadimos la harina tamizada y cocinamos bien la harina para que pierda el sabor a crudo. Poco a poco vamos añadiendo la leche templada hasta obtener una masa cremosa. La dejamos cocer y cocinar uno 15 minutos sin dejar de darle vueltas por si se pega. Colocamos la bechamel en una fuente ancha y baja y tapamos con papel film a piel, esto quiere decir que el papel debe tocar para no salga ningún tipo costra. Cuando estén bien frías, las boleamos, pasamos por harina, huevo y pan rallado y a disfrutar de uno de los mejores platos de las gastronomía española. Con estos tres consejos que te muestro a continuación, vas a poder hacer la mejores croquetas del mundo que van a luchar con las de la abuela. Para conseguir croquetas cremosas debemos de pensar este truco y es que cuando la masa se enfría se espesa más, por lo que debemos de dejar algo líquida la masa porque al enfriarse va a espesar. Para conseguir que no tenga grumos la masa tenemos que seguir estos dos consejos: 1.- Incorpora la harina a la mantequilla tamizada. La temperatura del aceite es importante porque si le añadimos el producto frío o muchas a la vez, este disminuye de temperatura y hace que se recuezan en el aceite con la consecuencia de romperse o empaparse de aceite.

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Salma Tamez
Salma Tamez
2025-10-24 23:23:18
Respuestas : 11
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Las croquetas de pollo son un clásico de la cocina española, perfectas para aprovechar los restos de pollo y convertirlos en un delicioso bocado. Crujientes por fuera y cremosas por dentro, estas croquetas son ideales como entrante o tapa en cualquier ocasión. Desmenuza el pollo cocido en trozos pequeños y reserva. Vierte la leche poco a poco en la sartén, sin dejar de remover con una varilla para evitar grumos. Continúa removiendo hasta que la mezcla espese y adquiera una textura homogénea. Agrega el pollo desmenuzado a la bechamel y mezcla bien. Cocina la mezcla durante unos minutos más hasta que se despegue fácilmente de las paredes de la sartén. Una vez fría la masa, forma pequeñas croquetas con las manos. Calienta abundante aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto. Fríe las croquetas por tandas hasta que estén doradas y crujientes. Sirve las croquetas de pollo calientes y disfruta de su sabor irresistible.