La morcilla es un embutido que normalmente se elabora con sangre de cerdo, generalmente en combinación con ingredientes como arroz, cebolla, calabaza, piñones o especias.
Este embutido se cocina y ahúma, y se consume frito, asado o cocido en guisos, dependiendo de la región.
La morcilla forma parte de la matanza, una tradición anual en la que se sacrifican cerdos y se aprovechan todas sus partes para crear productos típicos como chorizos, salchichones y, por supuesto, morcillas.
La morcilla de Burgos es una de las más reconocidas en toda España, y se caracteriza por llevar arroz en su preparación.
Es de sabor suave, pero muy especiada con pimienta, orégano y pimentón, lo que le da un sabor característico y un color oscuro.
En Asturias, la morcilla tradicional se llama emberzao o pantrucu.
Es una versión rústica que se elabora con sangre de cerdo, cebolla, calabaza, pan y harina de maíz, ingredientes que le dan una textura más compacta y un sabor bastante fuerte.
La morcilla gallega es una auténtica delicia y una variante interesante en la que la calabaza es protagonista.
La morcilla de calabaza es dulce y se prepara con cebolla, pan, grasa de cerdo y calabaza, además de la sangre del cerdo.
En las zonas de montaña se suele añadir también miga de pan para darle consistencia.
Esta morcilla suele hervirse y luego se puede consumir fría, acompañada de pan o en guisos.