En una investigación llamada ‘Earliest date for milk use in the Near East and southeastern Europe linked to cattle herding’ se explica que beber leche tiene muchos beneficios, debido a que este producto puede consumirse de forma fresco y procesada y que se ha hecho a lo largo de la historia. De acuerdo al medio National Geographic, Richard Evershed, bioquímico de la Universidad de Bristol en Reino Unido dice que su equipo ha encontrado indicios de leche en las vasijas más antiguas, lo que según menciona el experto, muestra que los antiguos habitantes del mundo “probablemente ordeñaban antes de que se inventaran las vasijas”. Jessica Hendy, arqueóloga de la Universidad de York, explica que pudo analizar un cuenco en un yacimiento de finales del Neolítico que contenía restos de lácteos mezclados con residuos de semillas como la cebada, lo cual “parecía que utilizaban la leche como parte de la comida, como lo hacemos hoy en día”. Evershed sostiene que en ese momento, la leche siguió “la expansión de la agricultura: forma parte del paquete”, añadiendo que en Polonia central, uno de los primeros indicios de la fabricación de queso aparece en una pieza de cerámica con forma de tamiz que data del sexto milenio a.C. Julie Dunne, arqueóloga de la Universidad de Bristol agrega que pudo analizar un conjunto de vasijas con forma de animal halladas en tumbas infantiles de la actual Alemania, encontrando indicios de leche de vaca. En ese orden de ideas, lo que se sabe de la historia del consumo de leche se ha ido construyendo con el pasar de los años, mostrando, que los humanos no solo lo hicieron como una simple necesidad, sino que encontraron beneficios claros de esta proteína, que al día de hoy, sigue siendo usada por los humanos y recomendada por los expertos para el desarrollo del cuerpo humano durante todas sus etapas.