A parte de España y Portugal, hay algunos sitios donde también se hacen chorizos, especialmente Hungría que hace una gran variedad de embutidos con base en pimentón y también Alemania, donde tienen la Paprikawurst "salchicha de pimentón".
El chorizo de Gyula (Gyulai kolbasz) mantiene su gran popularidad hasta nuestros días, esto se debe en gran medida a su sabor delicado en el que dominan las aromas del pimiento rojo de Hungría, de la pimienta, del ajo y de la alcaravea que se completan con el efecto del humo tradicional.
América Latina tiene sus propios chorizos, descendientes del chorizo español.
En el norte, México tiene una gran tradición choricera, y muchas de sus preparaciones, sobre todo las tortillas, incluyen el chorizo toluqueño, de Toluca, el paraíso de los embutidos mexicanos.
En el argot popular, la palabra chorizo es intercambiable con longaniza, aunque esta última haga referencia a un embutido un poco más largo.
Los colombianos suelen acompañar sus arepas con chorizos, principalmente en Antioquia, y también se le disfruta en los departamentos de Cundinamarca, Tolima, Boyacá, Caldas y Santander, pero como longaniza.
Los chilenos, como los mexicanos, tienen su chorizo y su longaniza.
Perú tiene una variedad local de color más bien naranja, conocida como "salchicha de Huacho", muy sabrosa y que se come frita y desmenuzada con pan.
Pero, sin duda, los más famosos chorizos de esta parte del mundo son los "chorizos parrilleros", especialidad sudamericana.
El chorizo parrillero Argentina, Uruguay y Paraguay son la cuna del chorizo parrillero.
Se parecen a los ibéricos, con la salvedad de no siempre ser curados o ahumados.
También se les conoce como chorizos criollos y, aunque descienden del chorizo español, han sido influenciados por la intensa inmigración germánica a Argentina, sobre todo después de la Primera Guerra Mundial, coincidiendo con el auge del "choripán".
Si se habla de un chorizo criollo de puro cerdo, hablamos de un embutido en el que participa una parte de tocino de cerdo trozado a cuchillo por cuatro de carne pura de cerdo trituradas, salpimentadas y condimentadas con ají molido, nuez moscada, orégano, ajos, semillas de hinojo y vino.
Así preparado, se suele asar en sartén o parrilla, pero se puede esperar también a secarlo para comerlo como salami.
También se puede mezclar carnes, a razón de una parte de tocino de cerdo por dos de carne de cerdo y dos de carne de vacuno.