América Latina es considerada la cuna del mejor chocolate del mundo, gracias a países como Ecuador y Venezuela, reconocidos por sus granos únicos y de alta calidad.
El origen del chocolate se remonta a miles de años en Mesoamérica, región que en la actualidad comprende parte de México y Centroamérica.
En esa zona, hace más de 4000 años, crecieron los primeros árboles de Theobroma cacao.
La civilización de los olmecas, en el sureste mexicano, fue la primera en consumir sus granos, mientras que los aztecas preparaban con ellos una bebida espesa y amarga llamada Xocoatl, mezclada con agua, vainilla, chiles y especias.
En la actualidad, los granos se cultivan en regiones tropicales de todo el mundo, principalmente en África Occidental, Centro y Sudamérica, y el sudeste asiático.
Durante la colonia, Venezuela se convirtió en uno de los principales exportadores hacia Europa gracias a la exquisitez del cacao criollo.
Si bien los volúmenes de producción en este país son menores en comparación con otros países latinoamericanos, Venezuela mantiene un reconocimiento internacional por la calidad de sus granos.
En sus tierras se cultivan dos de los cacaos criollos más prestigiosos del mundo: el de Chuao y el Porcelana del sur del lago Maracaibo.
En las selvas de Ecuador aún se encuentran variedades silvestres conocidas como Cacao Ancestral, lo que evidencia la larga tradición cacaotera del país.
Según historiadores y expertos, en el país se producen algunos de los granos de mejor calidad en el mundo, y concentra alrededor del 60% del cacao fino de aroma a nivel global.