El suquet es un plato de origen humilde que ha evolucionado hasta convertirse en un referente de la gastronomía catalana pero no reniega de la esencia «su tradición marinera» y su sencillez en la elaboración. El suquet al igual que la mayoría de los guisos de los hombres de mar es el resultado del ingenio y la necesidad, cada dura jornada estos enjutos trabajadores se encontraban con algunos peces de nulo o escaso valor mercantil, además de piezas dañadas por los aperos durante la captura, dando buena cuenta de toda esta merma en un nutritivo alimento que honrara a los dioses del mar como tributo, alimentando su alma y estómago. El suquet según las lenguas de medio mundo No soy lingüista, ni experto, ni tan siquiera en mi propia lengua natal, pero cierto amigo de Tarragona me dijo en su día que el término «suquet» no es un nombre propio, sino un vocablo del catalán suquet que significa cazuela o marmita. El suquet de peix es la versión menos glamurosa de la Zarzuela Catalana, más burguesa sin duda, una visión muy simplista por la que puedo y debo ser criticado, además de la diferencia en la aparición o no en el recetario de la patata. Un buen suquet ha de contar con un gran séquito, no de cantidad sino de calidad: forzoso el oro rojo, el azafrán; ineludible el tomate que aporta tonalidad y acidez; obligado la merma del pescado, cabeza y raspas; inexcusable sería la ausencia de las hortalizas para la picada; e indefectible el tubérculo más familiar de las cocinas españolas, la patata. Ingredientes del suquet de peix 1 kg pescados en trozos, 250 g tomates maduros, 80 g de cebolla, 0,5 l de agua, 500 g de patatas, 50 g de almendras tostadas sin piel, 50 g rebanadas de pan, 15 g perejil, 2 ajos, 8-10 hebras de azafrán, 25 cl AOVE, sal, pimienta negra recien molida, 100 cl de vino blanco. Elaboramos con la cabeza y la espina del pescado un caldo, no debe hervir más de 20 minutos, con 15 será suficiente, colamos y reservamos.