La harina de uva se elabora a partir del orujo, el residuo que queda después de la vinificación.
Esta parte de la fruta, rica en antioxidantes, se deshidrata y luego se muele para crear el polvo fino que conocemos como harina de uva.
En la producción se utilizan diferentes variedades de uva, como Malbec, Cabernet, Tanat, y Syrah, obteniéndose una harina que contiene fibra, magnesio, hierro, ácidos grasos, omega 3 y 6.
Es una excelente fuente de vitaminas y minerales, convirtiéndose en un complemento ideal para la dieta diaria.
Entre los principales beneficios, Lorena destacó su alto contenido de antioxidantes, especialmente el resveratrol, un compuesto que tiene un potente efecto rejuvenecedor a nivel celular.
Este antioxidante combate los radicales libres y ayuda a mantener las células más limpias y saludables.
Además, es apta para quienes siguen dietas Keto, veganas o sin gluten, ya que es totalmente natural y libre de harinas procesadas.
Las semillas de uva contienen antioxidantes que ayudan a proteger las células y promueven el bienestar general.