¿Deseas conocer las 5 Claves para maridar el vino con pescado y marisco.
Esto se debe normalmente a que el vino tinto suele ser más fuerte y puede opacar el sabor del pescado.
Por otro lado, también se puede afirmar que existen ciertos vinos tintos más suaves que pueden acompañar a algún pescado según su tipo.
No es igual preparar un pescado de sabor suave a la plancha que en un guiso.
Tampoco se puede maridar un salmón de la misma manera como se haría con un pez espada o emperador.
Los pescados como lubina, perca, lenguado, rodaballo o panga, cuentan con un sabor bastante suave.
Además de ello, tienen un contenido de grasa por debajo del 2,5 %.
En el caso de estos pescados, es ideal seleccionar ciertos vinos blancos que suelen ser más ligeros y frescos.
En el caso que estemos cocinando estos tipos de pescados en guisos que contengan salsas fuertes o guisos más grasos, podemos seleccionar vino tinto bastante fino.
Seleccionar un vino tinto espumante, suele ser lo bastante ideal para compensar comidas que contengan grasas.
De igual forma, suele ser lo bastante ideal para platos como sushi, langostinos, ostras y demás.
El pescado blanco graso y el azul suave como el mero, la trucha, el bacalao, gallineta, merluza, dorada, entre otros, suelen ser maridados con vinos blancos como un Godello sobre Lías o tintos jóvenes como robles o rosados.
Dentro de la categoría de pescados grasos azules conseguimos al salmón, caballa fresca, bonito, espada, atún, tiburón, que contienen un 10% de materia grasa.
Estos pescados suelen ir acompañados de vinos blancos con crianza de mucho sabor y cuerpo.
También podemos agregar a los vinos tintos potentes y vinos rosados más frutales.
Es importante utilizar vinos con personalidad, es decir, que cuenten con gran sabor y no pasen desapercibidos al utilizarlos en los pescados grasos.
En cuanto a los pescados salados o que cuenten con un sabor más fuerte como las sardinas, anchoas, caballas o arenques, suelen ser maridados correctamente con vinos blancos.
Por lo general, si se emplean vinos suaves puede que pasen desapercibidos.
Para evitar ello, es importante utilizar vinos blancos con espumosos secos que ayudan a limpiar y neutralizar los sabores al degustarlo.
La mayoría de las veces, el marisco se suele maridar con vinos blancos tanto dulces como secos.
Nunca será una mala opción, ya que se trata de una combinación clásica y ganadora.
Pero más allá de ello, existe otras combinaciones igual de perfectas, e incluso más transgresoras que sorprenderá a cualquier persona y a su paladar.
A la hora de maridar un vino con el marisco, es necesario tener en cuenta que los vinos deben ser frescos, con minerales y que contenga su toque de ácidez.
Los mariscos acompañados de salsas o preparados a la cazuela se pueden combinar con vinos rosados y espumosos que provocará un contraste de sabores para nuestro paladar.
Aunque el vino tinto suele estar fuera del alcance de los mariscos, pero no podemos dejar de degustarlo con mariscos, ya que crea una combinación extraordinaria como puede ser el bogavante estofado con un excelente vino tinto como nuestro Mencía Barrica.
Tanto las almejas como los berberechos pueden ser combinados a la perfección con vinos espumosos como el cava o el champagne.
Los vinos blancos de crianza también pueden maridar muy bien con mariscos como bogavantes, centollos, gambas, langosta, langostinos y mejillones.