Para paladear bien todos sus matices lo mejor es sacarlo del frigo una hora antes de servirlo. De esta manera, se atempera y su sabor se acentúa. De hecho, lo mejor es servirlo entre 22ºC y 24ºC, pues es la temperatura en la que mejor se aprecia su sabor. Saber cómo se come el queso manchego es descubrir las diversas posibilidades que te brinda su sabor. Con pan es un clásico que nunca pasa de moda. Pero… ¿con qué tipo de pan? Si quieres demostrar a tus amigos que sabes cómo se come el queso manchego, escoge uno que tenga nueces u otros frutos secos o cereales. Y si sirves el pan crujiente después de un toque de calor en el horno… ¡ya es para matrícula! Generando contrastes ¿Quién no disfruta de un contraste dulce-salado en el paladar? Pues con el queso manchego tienes muchísimas posibilidades de conseguirlo. Utiliza las mermeladas de membrillo, tomate o frutos del bosque o las frutas manzana, uva, pera… para darle ese toque ácido o dulce que combina tan bien con el queso manchego curado o semicurado. Con una copa de vino tinto A nadie se le escapa que la experiencia de combinar una copa de buen vino tinto con pedacitos de queso manchego es una auténtica delicia. Si quieres demostrar que sabes cómo se come el queso manchego curado frente a tus amigos, diles que con un queso curado mejor optar por el vino tinto gran reserva o crianza. Pero si es semicurado, un vino más suave, como el tempranillo, irá mejor.