El vino, como las personas, necesita que lo traten bien para sacar lo mejor de sí.
Y aunque el Moscatel es generoso y aguanta muchas licencias, cuando se sirve mal se pierde gran parte de su magia.
Hoy quiero ayudarte a evitar los errores más comunes al servir Moscatel, para que cada copa que abras sea una celebración de aromas, tradición y placer.
La Checklist del Buen Servidor de Moscatel
Lo ideal: entre 8 y 10 º
El Moscatel no es un vino de nevera ni de estantería.
Si lo sirves demasiado frío, perderás sus aromas florales y frutales; si está caliente, el dulzor se descontrola.
El Moscatel necesita espacio para oxigenarse pero también concentración aromática.
Una copa excesivamente ancha lo diluye; una demasiado cerrada no lo deja expresarse.
El Moscatel brilla con quesos azules, foie, frutas, postres, y hasta sushi, si se elige el tipo adecuado.
Algunos Moscateles, especialmente los de pasas o con crianza, necesitan un pequeño reposo tras abrirse.
Agitar suavemente la copa puede revelar notas ocultas.
El Moscatel se disfruta mejor en copas pequeñas y con intención.
No es vino para llenar vasos, sino para saborear en cada sorbo.
Más no es mejor: es mejor lo justo.
El Moscatel es una joya.
Pero como todo tesoro, necesita cuidado y respeto.
Basta con corregir estos pequeños errores para transformar una copa corriente en una experiencia inolvidable.