El cochinillo asado es el plato más conocido de la cocina típica segoviana.
Su elaboración es sencilla, pues solo se utiliza agua y sal para asar el cochinillo en una cazuela de barro dentro de un horno de leña.
La trucha es uno de los peces más abundantes en las frías aguas de los ríos y lagos que nacen en las montañas segovianas.
Este pescado forma parte de la comida típica de Segovia y se cocina de varias maneras, aunque la receta más emblemática es la trucha a la segoviana.
Las protagonistas de esta receta son una variedad de judías de gran tamaño que reciben este nombre por proceder de La Granja de San Ildefonso, una localidad cercana a la ciudad de Segovia.
El cordero o lechazo asado es un plato tradicional castellano.
Al igual que el cochinillo su elaboración es sencilla y, de nuevo, solo se requiere de agua, sal, una cazuela de barro y un buen horno de leña, que es el secreto para que quede crujiente por fuera y tierno por dentro.
Las perdices forman parte de la gastronomía segoviana como una de las carnes de caza menor.
Elaboradas “a la segoviana” consiste en un estofado tradicional en cazuela de barro, con verduras, hortalizas y especias varias como zanahorias, puerros, cebollas, ajos, perejil o clavos de olor.
Se añade vino blanco y chocolate rallado, ingredientes que aportan un sabor especial y exquisito.