Los callos a la madrileña se hacen normalmente utilizando varios tipos de carne de la casquería.
Así entre sus ingredientes encontramos callos de ternera, pata y morro.
En la casquería podemos pedir un kilo de callos indicando que queremos ese peso repartido entre los tres ingredientes.
Limpiamos bien los callos y los cortamos en trozos cuadrados de 2x2 cm aproximadamente, para que después de su cocción puedan ser tamaño bocado.
Una vez limpios, los ponemos a cocer con una hoja de laurel y un buen puñado de sal, agregando también la panceta o carne de jamón o lacón y las especias para callos.
Dejamos que los callos se hagan durante 4 horas en cacerola tradicional o 45 minutos si usáis olla rápida.
Una vez estén cocinados, los escurrimos y reservamos el agua de la cocción que será espesa y cargada de gelatina.
Cuando falte una hora para terminar la cocción tradicional, agregamos el chorizo y la morcilla, que habremos semicocido aparte.
Preparamos una salsa pochando dos dientes de ajo con la cebolla muy picada y una guindilla para que los callos tengan un puntito picante.
Entonces agregamos una cucharada de salsa de tomate, los callos cocidos, los chorizos y morcillas troceados.
También vamos incorporando poco a poco, el caldo de la cocción.
Terminamos dejando hervir el conjunto durante 20 minutos hasta que adquiera cremosidad y llegue a una textura deseada.
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