Los vinos tintos Rioja son considerados vino suaves, que no secan la boca y no son nada rugosos. Más bien aportan una buena sensación de frescura gracias a la acidez que tienen.
Se pueden percibir tres aromas en un vino, el primer aroma es propios de la uva usada en la elaboración del caldo, el segundo aroma, conocido como aromas secundarios son los que se generan durante el proceso de la fermentación en bodega y, por último, el tercer aroma es el que se genera entre el vino y la madera de la barrica durante la crianza del vino.
Aunque el aroma puede variar de unos vinos Rioja a otros, es muy característicos porque recuerda, en general, al olor de los frutos rojos.
El color es determinante para valorar la calidad del vino que vamos a consumir, junto al sabor y el aroma.
El color de los vinos tintos Rioja puede variar mucho en función de los factores climáticos y edafológicos de las distintas zonas de producción, las variedades de uvas empleadas, los procesos de vinificación utilizados, etcétera.
Todo esto da lugar a diferentes tonalidades, entre las que destacan: el color rojo rubí, el rojo azulado y rojos púrpura y cereza.
La categoría Denominación de Origen Calificada es una categoría reservada para los vinos que han conseguido altas cotas de calidad durante un gran periodo de tiempo.
La primera denominación de origen en conseguir esta categoría fue Rioja, en abril del año 1991.
Para mantener la excelencia en los productos, el Consejo Regulador vigila, audita y controla todo el proceso de la elaboración del Rioja, desde la viña hasta el momento en el que llega al mercado.
La elaboración de los vinos Rioja tiene lugar en barricas de roble de 225 litros durante un periodo de tiempo de entre 1 y 3 años.
En función del tiempo, tanto en barrica como en botella, los vinos pueden clasificarse en: Joven, Crianza, Reserva, Gran Reserva.
Para considerarse reserva, el tiempo de los tintos en barrica de roble y botella tiene que ser de un mínimo de treinta y seis meses, con un tiempo mínimo de permanecía en barrica de roble de doce meses.
Para considerarse un vino tinto Rioja Gran Reserva, el tiempo en barrica debe ser como mínimo de veinticuatro meses, seguido por un tiempo en botella de treinta y seis meses como mínimo.