El historiador y geógrafo griego Estrabón en el Siglo I a.C. ya nombraba los vinos de los fenicios y sus vides traídas en el 1100 a.C. desde el Líbano hasta Xera, nombre de la región donde su ubica hoy en día Jerez.
La producción de pasas y la obtención de alcohol para perfumes o ungüentos era la excusa perfecta para seguir con el cultivo de la vid.
Más tarde en 1150, el geógrafo árabe Al Idrisi elaboró un mapa para el Rey Rogelio II de Sicilia donde se puede apreciar claramente que donde hoy se encuentra Jerez, los árabes lo denominaban Sherish.
Cuando el Rey Alfonso X se encuentra pletórico en la Reconquista, allá por el 1264, denomina a esas tierras como Xeres de la Frontera.
Y de ahí, nace otra parte de la historia ya que uno de sus caballeros feudales, Fernán Ibáñez Palomino es el culpable de que la uva de esa zona se llame "la de palomino".
El paso en el tiempo transcurre y los vinos de Jerez ganan notoriedad, de tal manera que en 1483 ya se empieza a aplicar el Primer Reglamento de la Denominación de Origen que establece las normas de regulación de estos vinos.
Y, durante muchos años, el nombre de "British Sherry" fue indebidamente usado por los comerciantes ingleses que "elaboraban" en el Reino Unido los vinos de Sherish que, con la declinación, se convirtió en Sherry.