En las Comunidades Autónomas del Norte de España donde el clima suele ser más fresco y húmedo, la cosecha se suele hacer entre los meses de septiembre y octubre.
Nos estamos refiriendo, claro está, a Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y algunas zonas de la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
En el sur, es decir, Castilla – La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura y Andalucía, la cosecha se puede adelantar al verano, entre junio y agosto.
Bien es cierto que las condiciones climatológicas son cambiantes y puede variar el momento de la cosecha
Las patatas prefieren un clima templado con temperaturas suaves y una cantidad adecuada de lluvia.
La temperatura óptima para el crecimiento de las patatas se sitúa entre los 15°C y los 20°C.
Un clima cálido puede causar un crecimiento excesivo de las hojas en lugar de los tubérculos, mientras que temperaturas frías pueden detener el crecimiento.
La cosecha puede llevarse a cabo cuando las hojas de la planta comiencen a marchitarse y ponerse amarillas.
Desentierra las patatas con cuidado para no dañar los tubérculos.
Después de la cosecha, deja las patatas al aire libre durante unas horas para que sequen, y luego guárdalas en un lugar fresco y oscuro para prolongar su vida útil.