La uva garnacha es característica de determinadas zonas. La garnacha tinta es originaria de España y, para su crecimiento, necesita calor y sequedad. La garnacha blanca sí crece en terrenos más frescos y húmedos, por lo que puede plantarse en zonas muy próximas al mar y se trata de una de las uvas blancas más utilizadas en Francia. Estas variedades se usan, tradicionalmente, para elaborar vinos de alta graduación y acidez y se trata de una uva que cuenta con tantos seguidores como detractores. El vino garnacha puede ser sabroso y con cuerpo, para quien tenga el paladar acostumbrado; o demasiado duro, para quien no lo haya acostumbrado, por lo que su consumo tiene mucho de gusto adquirido. La uva garnacha se utilizaba mucho para complementar el coupage de determinados vinos tintos donde predominase la variedad tempranillo, mientras que las variedades blancas se utilizan algo menos en España, puesto que son más delicadas. La uva garnacha es española. Su origen se sitúa en Aragón y hoy sigue siendo la región española donde hay más producción en cifras totales. Las condiciones del clima aragonés, que cuenta con una continentalidad marcada y vendimia tardía, favorecían conseguir como resultado una uva con más grado y acidez. El vino garnacha, por ser de alto rendimiento por cepa, ha estado injustamente asociado a vino de baja calidad.