La Fundación Consejo Regulador de la DO Queso Manchego ha presentado una campaña con el objetivo de dar a conocer las cualidades del auténtico Queso Manchego y los elementos identificativos que lo distinguen.
Se destacan siete características fundamentales que distinguen al auténtico Queso Manchego con DO de otros que no lo son.
El término ‘Queso Manchego’ debe figurar en la etiqueta comercial del queso.
Además, si ha sido elaborado con leche cruda, aparecerá también la palabra ‘artesano’.
La nueva placa de caseína asegura que en cada porción tendremos el identificativo de que efectivamente se trata de queso manchego.
De hecho, estará incrustada en la corteza de la cara opuesta a la de la etiqueta comercial con los términos ‘DOP Queso Manchego’ y una serie de cinco dígitos y dos o tres letras.
Durante un tiempo, esta placa convivirá con la antigua.
La encontraremos adherida a la etiqueta comercial, con el logo de la Denominación de Origen.
En el caso de quesos de pequeño tamaño o cuñas, esta contraetiqueta irá marcada en su esquina superior derecha por una banda de color azul o verde, respectivamente.
Es el distintivo con el que la Unión Europea reconoce a las figuras de calidad.
El Queso Manchego cuenta con el correspondiente a la Denominación de Origen Protegida (DOP).
El manchego es un queso de pasta prensada, elaborado con leche de oveja de la raza manchega, con una maduración mínima de 30 días para quesos elaborados con leche pasteurizada con peso igual o inferior a 1,5 kg, y de 60 días para el resto de los formatos.
Maduración máxima de dos años.
La leche deberá estar exenta de productos medicamentosos, que puedan incidir negativamente en la elaboración, maduración y conservación del queso.
Corteza dura, libre de parásitos y de color amarillo pálido o verdoso-negruzco (cuando no se limpie la superficie de los mohos desarrollados durante la maduración).
Además, presenta las impresiones de los moldes tipo pleitas en la superficie lateral y tipo flor en las caras planas.
Se caracteriza por su pasta firme y compacta de color variable, desde el blanco hasta el marfil-amarillento, y su olor láctico.
En la boca su sabor ligeramente ácido, fuerte y sabroso se transforma en picante en quesos muy curados.
Gusto residual agradable y peculiar que le confiere la leche de oveja manchega.
Elasticidad baja, con sensación mantecosa y algo harinosa, que puede ser granulosa en los muy maduros.