La leche de los rumiantes contiene un menor contenido del azúcar específico de la leche, la lactosa, que se ha hecho tan famosa en los últimos años por la cantidad de gente intolerante a ella.
La leche de los rumiantes contiene una mayor cantidad de caseína, la proteína más común de este producto, y de grasa.
Tiene una mayor proporción de ácidos grasos saturados y monoinsaturados, además de un mayor contenido de colesterol.
La leche de vaca contiene 65 kcal por cada 100 gramos, exactamente la misma que la de cabra.
La de oveja resulta ser infinitamente más calórica, aportando 100 kcal por cada 100 gramos.
La leche de vaca contiene 3,06 gramos de proteínas por cada 100, un resultado similar a la de cabra, que alcanza los 3,4 gramos.
La leche de oveja destaca en esta categoría, alcanzando los 5,6 gramos de proteínas.
La leche de cabra y la de vaca tienen un contenido que ronda los 3,5 gramos por cada 100, mientras que la de oveja dobla esta cifra prácticamente con 6,34 gramos.
Sea del animal que sea, cierto es que la leche tiene algunos componentes que pueden ser perjudiciales para algunas personas y en una dieta de adelgazamiento es bastante calórica, por lo que, a no ser que la tomemos desnatada, con cada sorbo nos estaremos metiendo una cantidad considerable de energía que no necesitamos.
La de oveja es, con diferencia, la más densa.