La leche de cabra puede ser una alternativa para quienes no toleran la lactosa y/o padecen alguna enfermedad crónica como la diabetes.
Existen tres tipos de intolerancia a la lactosa: 1) se produce una pérdida progresiva de producción de la lactasa; 2) hay un daño intestinal temporal que disminuye la actividad de la lactasa, y 3) congénita, esto es, debida a una mutación en el gen de la lactasa.
Además de la lactosa, hay ciertas variantes de una proteína en la leche llamada Beta-Caseína, la cual genera el malestar en los consumidores, que pueden asumirse erróneamente como intolerantes a la lactosa.
En la raza Holstein, de donde proviene mayormente la leche que consumimos, hay una alta incidencia de este tipo de variantes, por lo cual quienes la consumen manifiestan problemas.
En cambio, las vacas criollas de las que antes se obtenía la leche, no la tenían o eran mínimos los animales con este problema.
Las cabras prácticamente no existen esta forma de proteína mala o dañina.
La proteína que contiene la leche de cabras es benéfica, pues ayuda a proteger de enfermedades isquémico-cardiacas y en algunos casos hasta de esquizofrenia.
La leche de cabra puede ser utilizada y consumida por personas que padecen enfermedades crónicas como diabetes y que sus derivados como el queso, panela, ponche, yogurt y la cajeta, entre otros, son una opción viable, barata y natural con respecto a fármacos.
Actualmente se trabaja en la primera etapa de un proyecto de investigación para obtener los perfiles nutricionales de la leche en razas de cabras lecheras Saanen, Alpina y Nubia.
Trabajan con algunos técnicos de la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Caprino de Registro (AMCGCR), y han visto que el clima de Colima beneficia a las cabras, pues su perfil nutricional es mejor respecto de la leche que viene del centro o norte del país, a pesar de que genéticamente hablando son lo mismo.
Ahora trabaja con voluntarios que se han definido como intolerantes a la lactosa, “pues refieren que la leche les genera aparente incomodidad; sin embargo, le han tomado gusto a la leche de cabra y no sienten malestar en comparación al consumo de leche de vaca”.
Se necesitan más estudios para definir de mejor manera el uso de la leche de cabra como una alternativa, por lo cual se invita a los interesados a que se integren a este proyecto.