Los callos son una forma natural de protección que la piel crea para defenderse contra la presión excesiva o la fricción.
Los callos en los pies suelen formarse como una respuesta natural de la piel a la presión o fricción repetitiva.
La piel reacciona engrosándose y formando una capa protectora para evitar lesiones más profundas.
Si el callo es persistente, doloroso o parece tener raíces más profundas, es recomendable buscar la ayuda de un podólogo o un médico.
Es crucial abordar los problemas de los pies con cuidado para evitar complicaciones.
Insistimos: intentar quitar un callo muy profundo por uno mismo puede resultar en lesiones o infecciones, por lo que es fundamental tomar precauciones y, en caso de duda, buscar asesoramiento profesional.
Si el callo es particularmente grande, doloroso o no responde a los tratamientos caseros, es recomendable buscar la asistencia de un podólogo.
Eliminar un callo en la raíz puede ser un poco más complicado y, en algunos casos, puede requerir la ayuda de un profesional médico, como un podólogo, para abordarlo de manera efectiva y segura.
Generalmente, se desarrollan en las áreas de mayor peso o tensión en los pies, como la planta o los lados.
Lo ideal es que los quite un podólogo o especialista, pero hoy te enseñamos algunos trucos.